domingo, abril 29, 2007

Lluvia amarga

La lluvia amarga empapa el montón de ramitas para la lumbre. La noche está tan fría y calmada que la llama de la lámpara apenas se mueve.
Las nubes se condensan y mojan nuestra cabaña de piedra. Los juncos partidos obstruyen la portilla de bambú.
El arroyo burbujea un torrente en su lecho. Es todo lo que oímos. Solo raras veces, llega una voz humana...

¡Pero Oh, qué inestimable es la paz mental que nos llena mientras nos sentamos sobre los talones y nos cubrimos de nuevo con la túnica Chan!

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