jueves, noviembre 26, 2009

Dentro del Blues existe el amor... 6ª Parte

Pilar me ayudaba a atar los zapatos. Estaba sentado en la camilla. Se levanto y me miro fijamente mientras yo estaba aun mirando mis zapatos.
- Son los del trabajo. Suelo llevarlos en la oficina. No se que decirle a mi jefe sobre esto. Hable y miré a Pilar.
Pilar acaricio una de mis mejillas y sonrío con ternura.
- Cariño, si tenemos que acompañarte lo haremos. Se que estas solo aquí y ya eres parte de mi familia. No se si... no quiero pensar en el momento sino en que podemos solucionarlo.
Cogí su mano y cerré los ojos. Solté un suspiro y me vino la panadera a la mente. No pude contener una sonrisa y se que Pilar se quedaba tranquila al ver que sentía la ayuda de Marcos y de ella pero necesitaba aclararme con Ana. No sabia si estaba así por mi problema de salud o realmente me estaba enamorando.
Entre mi corazón y mis pensamientos no tenia sino caos. Ni el doctor Raúl sabia que hacer y mientras me preparaban los papeles asomaba para preguntar por mi estado de animo.
Pilar salio un momento a llamar a Marcos. Se suponía que se había quedado con los gemelos esperando alguna respuesta pero no sabia nada. Ella no sabia como decircelo. Marcos me tenia mucho cariño y al ser hijo único siempre nos adopto a mi y a Jonas como hermanos. Jonas, tenia que hablar con el también Supongo que también lo sabría.
Tengo tantas cosas que hacer antes. Suena mi teléfono y lo miro. Es el numero de mi jefe.
- Fer, ¿como estas ahora? Pregunto en bajo desde el otro lado del teléfono
- Hola Miguel, estoy mejor pero tenemos que hablar. No perdí el tiempo en decirle.
Se hizo unos segundos largos y el silencio dio la sensación de que perdíamos la cobertura.
- Claro Fer, tomate estos días y vuelves con tranquilidad. Además quiero que estés bien y que me expliques que te ocurre. Tu amiga me llamo para decírmelo pero no me dijo nada mas.
- Mañana... mañana pasare por la fabrica y hablamos. Si no te importa vendrá alguien conmigo porque no me atrevo ir solo aun. Apremie antes de que siguiera hablando Miguel.
- Claro... Respondió con mas seriedad.
Otros segundos mas en silencio y nos despedimos. Al menos voy dejando tiempo para que piense y se imagine algo. Miguel también me cogió mucho cariño en esa oficina.
- ¿Como se encuentra Fernando? Raúl entro pasando donde estaba sentado a la camilla.
- Igual que hace 15 minutos que me pregunto. Sonreí apagando mi teléfono
El medico sonrío también y se sentó en la silla que estaba al lado de la camilla. Aparto la mesita que estaba pegado a mi cuando justamente dejaba mi teléfono
- Fernando, me gustaría seguir su caso diariamente a nivel particular. Se sinceró conmigo y dijo sosteniendo unos papeles.
- No podre pagarle Raúl, mi sueldo es pequeño, lo justo para sobrevivir. Siempre decía lo mismo, tenia que cambiar el repertorio.
- Quiero ayudarle Fernando, no se como aun pero necesito hacerlo. Me dijo mirando a los ojos.
- ¿Porque? Me sorprendí.
Se levanto y puso una mano en mi hombro.
- Llevo 6 años de carrera... ahí fuera hay una mujer que no para de llamar a todo el mundo... yo, quiero ayudarle. Se perfectamente que no podrá pagarme pero yo me hice medico para casos así Sus ojos se clavaron en los mios.
Dios mio, ¿acaso era un caso entre miles? Mi cara debía de ser un poema porque Raúl se ponía nervioso.
- Usted debe ser una persona extraordinaria y yo quiero ayudarle.
¿Samaritano?
- Déjeme su teléfono y hablaremos, ahora mismo me coge en una situación bastante delicada sino se da cuenta. Dije burlonamente.
- Si... claro, perdone, aquí tiene sus papeles del alta y todo lo que hemos realizado. Pruebas, diagnostico... Extendió con los papeles en la mano.
Lo cogí y los puse encima de la mesa que aun me quedaba cerca de la camilla.
Pilar entraba justamente a la habitación y cerraba la puerta mirando su teléfono
- Marcos nos espera. Están los gemelos dormidos y va hacer de cenar ahora mismo.
Me levante y vi como se iba Raúl Cerro la puerta con cuidado y deduci que ya era de noche. Llevaba desde anoche aquí y no sabia cuanto tiempo me había quedado inconsciente. Pilar se acerco con mi abrigo y me ayudo a ponérmelo.
No pudo contener de nuevo las lágrimas y desde mi espalda me abrazo fuertemente.
- Pilar, por favor, prometeme que estarás hasta el final... no lo prometas, juralo. Acaricia sus manos que tenia a la altura de mi estomago.
- Lo juro por mis hijos. Susurro en lágrimas

No hay comentarios: