sábado, junio 20, 2009

Saxofon de melancolias

Ha sido una mañana interesante. Aunque por falta de Quevedillo, "el clan de los seguratas" se han tomado un café. Manchas de Tinta, nos ha dicho que 39escalones nos lee. La verdad es que me ha dado una alegría. Aun sin conocerle, señor, me gusta sus opiniones... lo que mas me gusta es que no soy cineasta y que siempre me gusta leer el Yin y Yan de las opiniones. Personalmente me gustaría opinar en tu blog sobre las entradas que cuelgas pero mi incultura en el cine me lo impide. El cine me gusta pero de todo. Especialmente las películas de terror pero cualquier historia me hipnotiza consiguiendo paralizarme durante la misma. De verdad, agradecido que me leas... a ver un día ese café.
Tenia ganas de saber del Sr. Andrews y Manchas de Tinta. Saber que todo va viento en popa... se agradece también.
Hemos hablado poco de mi, por no decir nada, también se aprecia. Manchas de Tinta me ha dado un regalo interesante. Lo voy a leer aunque tenga muchos que leer.
Cuando me hablan de Buñuel, Lorca y Salvador Dali. Me acuerdo de nuestras quedadas con dosis de café. Cuando marco a los 3 esa época como me esta marcando cada cita con cafeína nuestra. ¿Podríamos imaginar lo que hablaban en sus citas? Debían de ser buenos momentos. Así como el nuestro esta mañana.
Me he animado bastante y me olvide de muchas cosas. Me encontré con Ángel Alcalde, compañero de la DYA.
Cuando bajaba en el bus pasaba por sitios que me recordaban momentos pasados. No son fantasmas y mucho menos tristes pero el viejo blues inundaban los huecos vacíos con una melodía de Robert Jhonson. Allí estaba sentado, aunque no era el Sr. Jhonson. Con un sombrero viejo. Su piel oscura y susurrando algo. Sus gafas oscuras y un sombrero marrón. Su camisa dejaba ver parte de su pecho que estaba lleno de arrugas por la edad y en su mano portaba un saxofón. Seria el primero que vería en el día y me vino la melodía del Sr. Jhonson convertida en ese instrumento de aire.
Nadie lo veía. Me quede perplejo pero cuando me guiño el ojo conseguí responder con una sonrisa.
La gente subía y bajaba pero nadie se daba cuenta del musico. Susurre entre el aire caliente y el sudor que caían por mi frente.
- Hazme regresar amigo, hazme llegar a esos momentos donde mis tristezas se conviertan en notas de viejas canciones. Donde mi guitarra te acompaña y compense esa amargura que tenemos.
Siguió tocando y unas lágrimas brotaron de sus ojos. Era una canción de amor, del sur, de su amada...
Donde se mezclo el juego, el alcohol y la huida. Donde las manos tocaron partituras grabadas en la piel de esa, su mujer. Comprendí que en esa barca de Caronte, todos estaban muertos. La única vida que había era la del musico y la mía. Estábamos repletos de amor y ternura.
- ¿Va a bajar en esta parada?
Me quite los cascos y una mujer, de ojos cristalinos y gran sonrisa me despertó de mi ilusión.
Negué con la cabeza y como anteriormente, conteste con una sonrisa. Le deje paso y en un frenazo del transporte, ella se apoyo en mi pecho con una mano. Enseguida se disculpo y con colores vivos en su cara, sonrío.
En el momento que se bajaba y se alejo de mi, hizo juegos con mi mano el cual sujetaba en ese momento. No aparto la mirada pero yo lo hice la instante. No me parecía correcto. Ni lógico.
Me baje en la siguiente parada donde estaba el bar donde habíamos quedado. Gire al autobús para cruzar la calle y allí estaba en la ventanilla, con su gorra y el saxofón. Tocaba pero aparto la mirada. Me mordí el labio inferior para darme cuenta que soñaba otra vez.
Estaba en mi propio Blues, donde la melancolía se mezcla con tristeza... ¿acaso es lo mismo?
Depende lo que sientas. Lo que quieras creer. Creo en mi y en la melodía que anda galopando en mi corazón. No quiero sonreír a los sueños, quiero sonreír a la realidad.
No quiero prometer nada, quiero darlo cuando sea el momento.
Volvi con Buñuel, Dali y Lorca.

4 comentarios:

Marcos Callau dijo...

Buena entrada... pero no olvides que yo ya he dejado la cafeína... Buen título, como recuerdo de ese saxo que hay colgado en la pared de "La Candelaria". Esto, incluso da para un poema...

pepa mas gisbert dijo...

¿Que hariamos sin la música y sin sus acordes? ¿Y sin el silencio que la destaca? ¿Y sin la voz que la interpreta?. Sin duda, no podriamos hacer nada.

Gracias por pasarte por mi casa y como regalo de bienvenida un poema de Carlos Marzal en mi voz, pincha en:
pluscuamperfecto de futuro

Raúl G.R dijo...

Celebro que te haya gustado el regalo. Un libro lleva a otro libro en una sucesión interminable. Saludos.

39escalones dijo...

Nos leemos...
Un saludo.