miércoles, mayo 20, 2009

Mini Relato: Juez culpable

Levante la mirada y vi sus ojos soltar lágrimas.
- ¿porque lo hiciste?
Enseguida su expresión se cambio al terror. Desvié la mirada pensando en lo duro que debió ser mi pregunta. Al salir y darle la espalda sentí como duplicaba su llanto y salí del lugar.
El nudo en la garganta se hizo intenso. No era un momento duro para mi pero lo interpretaba como tal.
Cuando salia fuera, pude ver como todo seguía su cauce. Nadie se percato de lo sucedido. Vi los hombres vestidos de azul que venían agotados. Tenían que llevarla a otro lugar.
Había pensado que se saldría con la suya y no sabia que mis ojos se habían clavado en ella desde la oscuridad. Observaba cada acción cuando realizaba el hurto.
Un ruido estático en la emisora, que llevaba en mi cintura me confundía mucho.
- Si pudieras retroceder en el tiempo... dijo una voz detrás de mi.
Apareció ese señor vestido de traje negro, camisa blanca y peinado hacia atrás. Sus ojos se clavaron como puñales en mi y su voz era seria y pausada.
- ¿Perdone? ¿Se dirige a mi señor? Pregunte sorprendido.
El hombre expreso una mueca y miraba a nuestro alrededor.
- No veo a nadie mas, Javier.
Esa voz me era familiar, a la vez me daba miedo. Me conocía y no me gustaba nada.
- Veo que te he sorprendido y me gusta mucho eso. Empezó a reírse.
- Sabe mi nombre, no le consigo reconocer pero a la vez me es familiar. ¿Usted que cree? Interrogue al señor.
La ironía no era mi arma pero empezaba a estar incomodo y se tendría que notar por la gota de sudor que caía por mi frente.
- Vamos Javier, sabes que soy el mismo Diablo, vengo por lo que me pertenece y tu lo has dejado ir.
- ¿La mujer? Esa pobre mujer no tiene ni para comer, ¿porque te la ibas a llevar? Señale a la puerta.
- Porque tu eras la persona que me impide castigarles. Tu consigues poner barrera. Se arrepienten y debo de impedirlo.
Me invadió el alivio, la puerta se abrio en ese momento y la mujer salia sonriendo. Levanto la mano despidiéndose y en silencio, entre sus labios, dijo: gracias.
Sonreí y justamente gire para seguir con la conversación con el ser del mal.
- Y siempre, siempre estaremos para hacer el bien. Quien se lo merezca, tendrá su castigo igual y la culpabilidad es el mejor juez interior que tenemos. No eres nadie Diablo...
Ya no estaba. Vi como la gente estaba haciendo sus compras y la emisora emitía de nuevo el ruido estático que interpretaba que abandonaba, el Diablo, el lugar.

1 comentario:

Marcos Callau dijo...

Desde luego Chabi, estás bastante influenciado por el curro... jeje... peor me parece muy interesante el minirelato. Me ha gustado el papel del diablo y cómo lo has hecho desparecer. Muy bueno. Sigue escribiendo.