martes, octubre 21, 2008

A veces nos equivocamos en coger el tren...

Corrimos a traves del viejo bosque. Desde la lejania se escuchaban los perros y a los hombres del sheriff gritando. Se me iva a salir el corazon por la boca y los jadeos de cansancio de mi compañero eran frecuentemente mas rapidos.
La noche nos acompañaba y de alguna forma era lo unico que nos defendia de los hombres. Portaban antorchas, las cuales, ayudaban a saber si estaban cerca o no. Iva descalzo, tenia mucha hambre y la invasion del miedo recorria todo mi cuerpo.
La luna era testigo, queria decirle en ese momento algo para olvidarme de que estaba a punto de morir. Estabamos proximos a las vias del tren. Tren que nos llevaria lejos. Lejos de nuestro Missisipi. Por una mujer estabamos los 2 encarcelados y gracias a la astucia de mi compañero de celda escapamos de hundirnos entre rejas.
De repente, escuchamos el tintineo agudo de la llegada de un tren. Ahora era cuestion de tiempo, que el tren llegara antes que nuestros cazadores. Ahora sabia lo que sentia una liebre cuando un grupo de perros la siguen.
Paramos y apoyando mis manos sobre mis rodillas flexionadas, intentaba recuperarme por la carrera. El miraba hacia la oscuridad como siguiendo los railes del tren.
Alli estaba, un tren de mercancias que nos alejaria de nuestros seguidores. Los perros se escuchaban mas cerca. Empezamos a correr por un lado del rail con direccion al tren. Mi compañero consiguio coger el aza de uno de los vagones y subio de un salto. A mi me costaba bastante por el cansancio y el hambre. Extendi la mano y Marcos tambien.
- ¡Vamos! Grito para animarme.
Parecia como si el mundo se ralentizara. El tren ya no era tan rapido, los ojos de Marcos se clavaron en los mios y mis pasos eran a zancadas. Consegui cogerle la mano a Marcos y con la poca fuerza que le quedaba me subio al vagon. Tuvimos que sentarnos y vimos como las antorchas, entre los arboles, se alejaban cada vez mas.
Nos miramos y empezamos a reirnos freneticamente. Eramos libres, dueños de nuestro destino y se acabaron las humillaciones. Tomabamos el mismo rumbo.
Creia ver a la luna sonreir y nos levantamos.
- Lo hemos conseguido, somos libres. Afirmo Marcos
Abrimos la puerta para entrar al vagon y habia una familia unicamente. Estaban los 4 sentados y bien arreglados. Se quedaron perplejos al vernos y sacudiendo nuestras ropas de celda entramos como 2 caballeros de la alta sociedad. Hubo un momento, que cuando cruzabamos el vagon y sonreiamos, que me torci el tobillo y tuve que cojear un poco hasta tomar asiento pero la euforia me invadia aun dentro de mi tras coger el tren.
Aunque la verdad no sabiamos donde iva el locomotor, estabamos mirando por las pequeñas ventanas si veiamos alguna ciudad o cartel. Marcos lloraba en silencio. Abandonaba todo lo que tenia por una mujer. La amistad era lo que le quedaba asi como hablarle a la luna como me dijo en una ocasion.
Cogimos un tren equivocado menos el que nos llevaba en estos momentos...

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