martes, octubre 07, 2008

43-59


Sentir las manos de alguien cuando no respira... es un horror. Frias, de una textura que deberia haberlo prohibido Dios, sensibilidad que sientes en la punta de los dedos.

No respira pero haces tu trabajo. Observas, sientes y palpas en busca de signos vitales. Cuando ya confirmas y sigues un protocolo de actuacion. Tus manos se vuelven rapidas, de una habilidad sobrehumana. Cae la noche o salga el sol, en ese momento no sientes sino una meta. Conseguir estabilizar a la victima, que con los ojos abiertos, mira un infinito desconocido para la humanidad.

Inicias la RCP con profesionalidad y aunque los nervios te vayan a salir por la boca, sigues manteniendo el tipo. Sigues las referencias, los puntos importantes para salvar esa vida.

Todo desaparece alrededor tuyo, menos el equipo que te apoya en todo momento. Sobretodo el compañero siempre esta presente.

Cuando estas apoyado sobre el torax y esperas que el "ambu" inserte la bucanada de O2 que tu compañero mete, caen gotas de sudor de tu frente. El olor del latex que se mezcla con el ruido de la botella de oxigeno es la unica banda sonora. No olvidemos que siendo un profesional, cantas a ritmo para llevar una pauta. Te invade la pregunta, ¿sacare a este paciente?

¿Cuantos hemos sacado Oswaldo? Perdimos la cuenta. Recuerdo una vez en concreto que ni hicimos la reanimacion por el estado que se encontraba el señor y a las 4 horas... trasladar, uno entre tantos que haciamos de hospital a hospital, de una mami que venia con prematuro.

Somos testigos del nacimiento, sufrimiento y muerte de la humanidad. Nunca damos pasos atras. En silencio, nos mirabamos como se heria nuestra sensibilidad. Nacimos para ayudar y ser heroes en silencio. Pasabamos vestidos de amarillo y nos miraban como si fueramos de negro.

Una horchata, el Jueves o ver una pelicula era nuestra huida de la miseria. 24 horas... 48 libres...

Luces y sonido en la amarga calle. Gente que pedian ayuda y mostrabamos nuestra mano. Fui tecnico gracias a vosotros, a la unidad 59.

El escuchar por la emisora como llegaba nuestro apoyo en determinado accidente. El chiste de la paella o el colmo del gestor de recursos. Nuestras vidas... eran metidas dentro de cagones de hierro de colores blancas, amarillas y azules. Mostrabamos la bandera de Canarias y a veces nos alertaban por telefono porque eramos... ¿los mejores?

Te hecho mucho de menos y me alegro haber hablado contigo. Has visto todo de mi y me llena de orgullo el saber que sigues en la unidad.

Seguiste con el "ambu" insuflando y mirandome... ¿saldremos de esta?

Somos los de la 43-59 y aunque ahora mismo... no pertenezco a ella me gustaria por lo menos rescatar la amistad que deje alli. Me lo pase bien y espero vernos siempre que vuelva de viaje a mi tierra.


Gracias

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