Estas tierras, Aragón en general, me acogió con un abrazo en forma de manto dándome calor.
Desde ese día, no olvidando la tierra donde me crie, siempre escuche la Albada de Labordeta. Reconozco que cuando la oía se me ponían los pelos de punta.
Siempre he visto al maño como casto y honesto. Lugares que contienen leyenda y personajes históricos de gran influencia.
La universidad es impresionante, las zonas de "movida nocturna" es un contraste de buena vida y descanso.
Por el día trabajan, disfrutan de su familia y hablan de ternasco, migas, vino y del Real Zaragoza.
Cuando un maño dice: Si se puede. Este equipo de fútbol no solo puede, debe justificar esos sudores hacia su pueblo.
Cuando visitas el Pirineo te embrujas. Sus chamineras, sus habitantes y muchas más leyendas. ¿Qué más podemos pedir?
¿Mi lugar favorito? El Serrablo. Un lugar que te conquista. Un lugar que es cruzado por el rio Gállego como si fuera su espina dorsal. Le da una vida verde, de esperanza y este verde convertido en arboleda esconde los mil susurros de luchadores que tenían como fin, defender su bandera de barras amarillas y rojas.
Dime, ¿Has escuchado la Albada de Labordeta?
Yo la consigo identificar ahora. Sabia que era de Labordeta pero nunca la había oído. Ahora no solo la identifico sino que se me erizan los pelos escuchando TODO un pueblo cantarlo y con las manos en alto. Entre la gente hay lagrimas de felicidad. Felicidad porque todos son Aragón, trabajadores con un pasado que deben de mantener y un Ebro que hace de centinela al Pilar.
1 comentario:
Esta vez te ha salido de las tripas, amor.
Te quiero.
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